Los procesos creativos son distintos en cada artista. Desde que se ha tomado consciencia de la importancia del arte y el diseño en la humanidad se lo ha definido de distintas formas, ya sea como un estilo mental una expresión o un encuentro de ideas.
Es asà que esa potencia interior que cada individuo lleva oculta y pretende salir a la luz se convierte en creatividad más allá de la destreza o las circunstancias, es un despertar.
"Crear es una lucha continua entre la consciencia y la inconsciencia. Sin estos dos elementos no puede realizarse el acto artÃstico. Sometido a esa ley, es libre" - Stefan Zweig
Un momento de inspiración puede llegar a la madrugada como una estrella fugaz que nos hace ir desarrollando una idea como si haláramos de un hilo hasta formar con él un hermoso tejido en un tiempo record.
En otras ocasiones hay que trabajar horas tras horas para dar forma a una idea que no siempre termina plasmándose en lo que fue de manera inicial. Aparecen modificaciones o aportes externos.
Y cada tiempo tiene un quiebre que nos pone frente a un papel en blanco, momento preciso para alejarse a observar desde lejos, cerrar los ojos y visualizar el contexto completo para poder retomar, sin horario ni rutina especÃfica. Esa incubación de la idea que va tomando forma suele ir rodeada de angustia, ofuscación o incluso abandono.
Quienes tenemos alma de artista, trabajamos en silenciosa observación, abstrayéndonos del mundo exterior para transmitir nuestro sentir y plasmarlo en letras, colores, sonidos o texturas.
Más allá del resultado final, el poder participar del proceso creativo sin duda nos llevará a comprender y a valorar de mejor manera a una obra. Proceso netamente individual, quizá subjetivo, ese compromiso consigo mismo que nos lleva a cosechar lo que un dÃa imaginamos.
Empiezo entonces a halar ese hilo en crudo y a compartir aquello que me apasiona.
Bienvenidos a este, mi rincón creativo!
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